HISTORIA: Será en el siglo XV cuando aparezcan las primeras referencias documentales escritas sobre la Cofradía de la Virgen de la Fuensanta, contando a partir de entonces con Cofradías filiales en Cambil, Torres y Solera, lugares donde también se le profesa a la Patrona de Huelma una gran devoción, y las cuales son recibidas por la de Huelma el primer domingo de septiembre, fecha en la que tiene lugar la romería en un paraje próximo al casco urbano de la antigua villa donde se encuentra el santuario Maríano, constituyendo una manifestación de fervor de todas las gentes de la comarca, y en la que se procesiona una imagen de las llamadas "de vestir" de Nuestra Señora de la Fuensanta con el niño redentor en los brazos, de la que es autor el granadino Navas Parejo quien la realizó en 1939, la imagen actual está inspirada en la primitiva imagen, destruida durante la Guerra Civil, que al parecer era bastante más grande.
Anterior imagen de la Virgen
LEYENDA
La verdad es que sobre la leyenda de la Virgen de la Fuensanta se conoce bien poco. Según esta leyenda, de tradición oral, la Virgen se apareció a la hija del alcaide musulmán de Cambil, a la que su padre habría cortado las manos por haber ayudado a escapar a los cautivos cristianos. Huyendo del castigo de su padre se sentó al lado de un manantial donde la Virgen le dijo que metiera los muñones en el agua con lo que recobró las manos. Un pastor presenció el hecho y trasladó la imagen de la Virgen a Huelma de donde desapareció al día siguiente. Al volver al manantial estaba allí de nuevo la imagen y allí se construyó un santuario. (Así recoge la leyenda el santistebeño Olivares Barragán, F. en su libro "Jaén y sus cien pueblos" publicado por el Instituto de Estudios Giennenses, 1987)
Pero esta breve y simple leyenda, que, por otro lado, no se corresponde con la más conocida en Huelma, no está exenta de relaciones con otras leyendas.
En primer lugar, es interesante señalar como la leyenda pone en comunión a gentes de diferentes lugares: el milagro ocurre sobre la hija del alcaide musulmán de Cambil, pero el hecho (definitivo) de recuperación y traslado de la imagen es llevado a cabo por un pastor de Huelma. (Verdadero recuerdo de las gentes del pueblo). Pero esto no es, obviamente, exclusivo de esta leyenda. Si consideramos, como ejemplo, las dos más grandes romerías de Andalucia ( la de la Virgen del Rocío en Almonte y la de la Cabeza en Andújar) en ambos casos "el hecho milagroso" tiene lugar con protagonistas "no nativos" del lugar donde se venera la imagen. En el caso de la Virgen del Rocío se aparece a un pastor o cazador de Villamanrique de la Condesa y en el caso de Andújar a un pastor de Colomera.
Por otro lado, y en relación con otras leyendas de la Virgen de la Fuensanta, en Huelma el milagro se realiza sobre la hija del alcaide de Cambil con la presencia de un pastor frente a otras leyendas de la Virgen de la Fuensanta: en Murcia, donde es patrona, la aparición de la Virgen está asociada a un mantial. En Córdoba un hombre, con su mujer e hija enfermas, logra la sanación de ambas tras beber el agua de un manantial. Y en la provincia de Jaén la leyenda de la Virgen de la Fuensanta de Villanueva del Arzobispo ( la Virgen de las cuatro villas: Villanueva del arzobispo, Iznatoraf, Villacarrillo y Sorihuela de Guadalimar) también está relacionada con la cura o conversión de un personaje moro que se purifica en un riachuelo cercano.
También parece más que evidente que la leyenda de la Virgen de la Fuensanta de Huelma, como en otras muchas leyendas,( relacionadas con manantiales, fuentes u arroyos), se inscribe en un periodo de afirmación religiosa cristiana frente al "enemigo" musulman. En definitiva, cristianismo, judaísmo e islamismo, son tres religiones monoteístas que tienen un mismo origen. La figura de Maria es, indudablemente, un elemento diferenciador que convenía potenciar como signo de identidad religiosa. De ahí la abundancia de templos de este periodo dedicados a la Virgen María, la producciones literarias marianas ( Alfonso X El Sabio-estrechamente relacionado con la Virgen del Rocío-, Gonzalo de Berceo y sus milagros...) y sobre todo las leyendas marianas como signo y simbolo de identidad cultural y social.
Y, por último, y no es cuestion baladí, sobre todo desde un punto de vista teológico, la leyenda habla de imagen (Figura, representación, semejanza y apariencia de una cosa -según el diccionario de la RAE- ) y no de aparición, lo cual demuestra que nuestros antepasados, en toda su ignorancia, conocían muy bien los límites de la ortodoxia.
Sin embargo, más allá de la leyenda, cabría preguntarse: ¿dónde está el origen de la devoción a la Virgen de la Fuensanta en Huelma? Personalmente, creo que la respuesta está en la repoblación de estas tierras tras la conquista del pueblo en 1438 de la mano de D. Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana. El libro de vecindad que se conserva en el Archivo Parroquial de la Inmaculada Concepción podría ser el punto de partida.
La "auténtica" y popular leyenda de la Santísima Vigen de la Fuensanta
Comenzaba la primera entrada de este blog exponiendo y comentando una de las leyendas que circulan en torno a la Virgen de la Fuensanta, concretamente la que recoge Olivares Barragán en su libro Jaén y sus cien pueblos. Sin embargo, como la mayoría de los huelmenses sabemos, la leyenda más popular de la Virgen es aquella que cuenta la aparición de la imagen en una encina a un pastor de Cambil. Gracias a la información proporcionada por la Cofradía puedo reproducir hoy la que podemos llamar "auténtica y popular" leyenda de la Virgen de la Fuensanta. El relato es preciso en la narración de los detalles y dice así:
"Al pie de una frondosa encina que de tiempo inmemorial existía en estos breñales, había una fuentecita cuyas aguas corrían la ladera abajo, y se daba el caso singular de que algunos enfermos que venían a beberlas, curaban de sus dolencias, por lo que hubieron llamarla Fuente Santa. Transcurrieron los años y ya que fueron expulsados los moros de estos parajes, uno de los muchos pastores que en ellos daban pasto a sus ganados, llegó un día sediento a beber agua de aquella prodigiosa fuente y quedó sorprendido al ver recostada sobre el borde de ella una preciosa imagen de unos treinta y cinco centímetros de altura, figurando una Purísima de madera tallada con un precioso Niño Jesús en sus brazos. A aquel buen pastor, que era natural de Cambil, no se le ocurrió otra cosa más que fue encerrarla en su zurrón y llevársela a su pueblo natural para entregársela a sus esposa y darle culto en su casa. Más cual no sería su sorpresa cuando al quererla sacar del zurrón para enseñársela a sus esposa, halló éste vacío a pesar del gran cuidado que puso en conservar tan rico tesoro. Pero mayor fue su sorpresa cuando al día siguiente vuelve al sitio donde la halló y en él ve la misma imagen y en la misma postura. Pensando entonces más seriamente, sigue contando la tradición, fue a Huelma, en cuyo término radicaba la fuente, y dio parte del suceso a las autoridades civiles y eclesiásticas, quienes acompañados del pueblo en masa llegaron al lugar indicado, comprobando con exactitud la referencia del pastor. Seguidamente, con los honores y respetos debidos y rezando el Santo Rosario, fue llevada la imagen en procesión a la Iglesia Parroquial, colocándola en el altar de preferencia, pero tampoco la imagen quiso tomar posesión de él y al día siguiente, con la admiración del vecindario, la imagen se encontraba en el mismo lugar y en la misma postura. Convencido el pueblo de que aquella imagen, que desde aquel momento la llamó Virgen de la Fuensanta tomando el nombre de la fuente, había elegido aquel lugar para tener en él su trono de misericordia, le hizo una preciosa capillita que la piedad cristiana convirtió después en hermoso Santuario que al presente es la admiración de cuantos le visitan y le conocen".
Como se puede comprobar la leyenda es bien diferente a la mecionada en mi primera entrada, sin embargo, las reflexiones resultan igual de válidas:
"Al pie de una frondosa encina que de tiempo inmemorial existía en estos breñales, había una fuentecita cuyas aguas corrían la ladera abajo, y se daba el caso singular de que algunos enfermos que venían a beberlas, curaban de sus dolencias, por lo que hubieron llamarla Fuente Santa. Transcurrieron los años y ya que fueron expulsados los moros de estos parajes, uno de los muchos pastores que en ellos daban pasto a sus ganados, llegó un día sediento a beber agua de aquella prodigiosa fuente y quedó sorprendido al ver recostada sobre el borde de ella una preciosa imagen de unos treinta y cinco centímetros de altura, figurando una Purísima de madera tallada con un precioso Niño Jesús en sus brazos. A aquel buen pastor, que era natural de Cambil, no se le ocurrió otra cosa más que fue encerrarla en su zurrón y llevársela a su pueblo natural para entregársela a sus esposa y darle culto en su casa. Más cual no sería su sorpresa cuando al quererla sacar del zurrón para enseñársela a sus esposa, halló éste vacío a pesar del gran cuidado que puso en conservar tan rico tesoro. Pero mayor fue su sorpresa cuando al día siguiente vuelve al sitio donde la halló y en él ve la misma imagen y en la misma postura. Pensando entonces más seriamente, sigue contando la tradición, fue a Huelma, en cuyo término radicaba la fuente, y dio parte del suceso a las autoridades civiles y eclesiásticas, quienes acompañados del pueblo en masa llegaron al lugar indicado, comprobando con exactitud la referencia del pastor. Seguidamente, con los honores y respetos debidos y rezando el Santo Rosario, fue llevada la imagen en procesión a la Iglesia Parroquial, colocándola en el altar de preferencia, pero tampoco la imagen quiso tomar posesión de él y al día siguiente, con la admiración del vecindario, la imagen se encontraba en el mismo lugar y en la misma postura. Convencido el pueblo de que aquella imagen, que desde aquel momento la llamó Virgen de la Fuensanta tomando el nombre de la fuente, había elegido aquel lugar para tener en él su trono de misericordia, le hizo una preciosa capillita que la piedad cristiana convirtió después en hermoso Santuario que al presente es la admiración de cuantos le visitan y le conocen".
Como se puede comprobar la leyenda es bien diferente a la mecionada en mi primera entrada, sin embargo, las reflexiones resultan igual de válidas:
- Presencia de protagonistas de diferentes lugares, aunque cercanos, lo cual parece tener como objeto dejar claras las demarcaciones ("Aquel buen pastor, que era natural de Cambil... fue a Huelma, en cuyo término radicaba la fuente")
- El marco temporal de la leyenda en tiempos de Reconquista. ( "Transcurrieron los años y ya que fueron expulsados los moros de estos parajes...")
- La presencia de una imagen conmovedoramente descrita en la leyenda. ("...una preciosa imagen de unos treinta y cinco centrímetros de altura, figurando una Purísima de madera tallada con un presioso Niño Jesús en sus brazos".
La Procesión tiene la particularidad de que la imagen de la virgen va acompañada en su trono por la imagen de Santa Lucía.
En su nombre se celebran las fiestas de Mayo el primer domingo de dicho mes que se inician con el traslado de la Virgen de la Fuensanta desde su santuario, a seis kilómetros, a la localidad donde permanece dos meses, Mayo en la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción y Junio, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Fuensanta.
Sabrosa como la miel,
brota el agua de tu ermita
porque ha besado tus pies,
Virgen de la Fuensantica.
Queremos saciar la sed,
ansiamos temblar de gozo.
Agua queremos beber
de tu milagroso pozo.
Estribillo
Fuensantica, luz del cielo,
Virgen bendita de la gloria, del arroyuelo.
Virgen chiquita, tan rebonita,
¡Madre dulce del consuelo!
La campana de cristal
que tienes por camarín
es como un rico panal
y su miel un querubín
Fuente que mana un caudal
del más divino licor,
líbranos de todo mal,
mira a Huelma con amor.
Música de fondo: "BAJO TU MANTO, FUENSANTA"Salve a la Virgen de la Fuensanta por el Coro Romero Al Alba.
